31 ago 2009

Nostalgia germánica

Según la prensa burguesa:

PAOLA ÁLVAREZ
BERLÍN

Frustrados, racistas y nostálgicos del socialismo. Es la dura imagen que se
tiene a menudo en Alemania de parte de los ciudadanos de la desaparecida
República Democrática Alemana. En estos días en los que el país se prepara
para celebrar el 20° aniversario de la caída del muro de Berlín, todos se
esfuerzan por vender la reunificación alemana como un éxito en todos los
sentidos, pero la realidad social es algo distinta.
«Hay bastante gente, sobre todo los más mayores, que quieren que vuelva la
RDA, su partido, el socialismo… Son los camaradas tradicionales que se han
quedado en el pasado», comenta Carola, dueña de una librería en el barrio de
Weisensee, en el Este profundo de Berlín. Pero no lo dice solo ella, sino
decenas de estudios realizados en las últimas dos décadas.
El último, publicado en julio, ofrece resultados desoladores. El 42% de los
habitantes de la antigua RDA se declara «decepcionado» o «muy decepcionado»
con el sistema en el que viven y el 41% expresa tendencias xenófobas. Unas
cifras que, a pesar de todo, algunos miran aún con optimismo.

Ver el vaso medio lleno
El diario Bild Zeitung, por ejemplo, aseguró al publicar el estudio que
Alemania era al fin «una patria unida», sobre la base de que «casi» la mitad
de los alemanes del Este ya se sienten «satisfechos» o que un 38% considera
que ha ganado con la unificación.
Pero lo cierto es que las cifras han empeorado. Hace una década era un 58%
de los alemanes de la antigua RDA el que se mostraba satisfecho. «Justo
ahora atravesamos momentos difíciles, con la crisis y demás, y eso puede
influir. Pero yo creo que casi toda la gente de mi generación o más jóvenes
se sienten felices por vivir en el sistema actual y no en el anterior»,
añade Carola. Esta librera ha pasado gran parte de sus 42 años en el mismo
barrio que parece haberse quedado estancado en otro tiempo.
Apenas dos kilómetros separan Weissensee de uno de los barrios más de moda
de la ciudad, pero el mundo en estas calles es completamente distinto. Un
ejemplo más de que por todo el país siguen existiendo dos Alemanias. En la
calle de la librería de Carola apenas hay más negocios, aunque sí varios
bares que cuentan con una clientela habitual cada día de la semana desde
bien temprano. Las caras nuevas no son bienvenidas. Nadie quiere hablar con
un extraño, y menos de política. «Para que luego nos retraten como
ciudadanos de segunda…», dice entre dientes un vecino que se niega a
añadir nada más.
«El problema principal es que la mayoría de los habitantes de la ex- RDA no
se siente suficientemente integrado. No se sienten ciudadanos alemanes»,
explica Gunnar Winkler, presidente de la organización Volkssolidarität,
encargada de realizar el informe. El estudio refleja que una gran mayoría,
el 77%, siente que vive peor que los alemanes del Oeste y se queja de que en
la Alemania reunificada no son tenidos en cuenta ni se reconocen los méritos
personales y profesionales de sus años en la RDA.
Sobre todo los jubilados y los parados se sienten traicionados por un
sistema completamente ajeno al que conocieron durante la mayor parte de su
vida. De hecho, según el estudio, uno de cada diez parados desearía que volviera a instaurarse la RDA y separarse del oeste de Alemania.

La juventud, más positiva
Un desencanto, en general, que, desde la organización Volkssolidarität, se
atribuye a las crisis económicas que ha vivido Alemania desde el 2002 y al
fracaso de los gobiernos socialdemócratas. Hechos que también han influido
en la fe en la democracia de los alemanes del Oeste, aunque entre ellos aún
hay una confianza del 61%..
En lo que coinciden el informe y Carola es en que las generaciones jóvenes
tienen otra visión de Alemania. Quizá en el 30 aniversario de la caída del
muro la afirmación del Bild Zeitung sobre la patria unida sea al fin verdad.
De momento, queda mucho para acabar con las diferencias y, ante todo, con la
percepción que se tiene de ellas a ambos lados de la extinta frontera.

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