11 nov 2009

Andalucismo en efectivo

Hipocresía. La misma Junta que se las da de progre cuando llega el «Día sin Juegos de Azar», se dedica a recaudar ese dineral que generan las máquinas tragaperras a través de los impuestos. ¿En qué quedamos? Pues en eso: en quedarse con la parte del botín por un lado, y en quedarse con el pueblo por el otro.

Reforma a la vista. La presidenta del Parlamento de Andalucía ha soltado una de esas frases dignas de Kennedy o de Luis Pizarro: «Ningún diputado o diputada, nadie debe sentirse lejano de lo que otros congéneres viven aunque supere nuestras fronteras y también nuestras competencias». Pues nada, a reformar otra vez el Estatuto…
Medias verdades. Leído en la web de la Junta: «El presupuesto para 2010 afronta la salida de la crisis y el cambio hacia un modelo de crecimiento más sostenible». Pero ahora viene lo bueno: «La inversión directa de la Junta alcanzará los 7.112,9 millones de euros, cifra que supone una reducción del 6,8% respecto al año pasado pero que mantiene su peso respecto al PIB an aluz (4,8%)». Hasta donde pone Toledo…

El cambio de chaqueta del alcalde de Yunquera, provincia de Málaga, viene a desmentir las tesis de aquellos agoreros que se resisten a la evidencia y que afirman que en Andalucía no cambia nada. ¡Anda que no! Este cambio de chaqueta es la enésima vuelta de tuerca en el engranaje que el PSOE empezó a montar en Andalucía allá por los años setenta del pasado siglo. El alcalde de Yunquera, que se llama Francisco Oliva y que fue elegido en las listas del Partido Andalucista, sigue la fecunda estela de los militantes de partidos minoritarios que se rinden al adversario y se entregan con las armas y el bagaje de los votos.

Lejos de sentir rubor o vergüenza, que sería lo suyo, el alcalde y los concejales que le acompañan en el muy antiguo ejercicio del transfuguismo político se dedican a darnos lecciones de moral: “Estamos apostando por el bien general de Yunquera”. ¿Apostando? No hay mejor definición para el casino en que se ha convertido la política municipal en nuestros días. Y es que la desfachatez es como el universo o como la capacidad de la Junta para colocar a la gente del partido: no tiene límites.

El secretario general de los socialistas malagueños tampoco se ha quedado corto. Miguel Ángel Heredia ha dejado esta perla para que se estudie en las facultades de Ciencias Políticas o en la Escuela Superior de Transfuguismo: “El PSOE de Andalucía representa el andalucismo por llevar a buen puerto muchos de los sueños que tuvieron para Andalucía personalidades como Blas Infante. Somos un andalucismo práctico y efectivo”. Nunca mejor dicho lo de práctico, aunque al segundo adjetivo le falta una preposición: andalucismo ‘en’ efectivo. ¿Cómo puede salir este Heredia con semejante atropello a la memoria de Blas Infante? ¿Para esto se dejó la vida el padre de la patria andaluza, reducido a personalidad por el politólogo Heredia? ¿Para servir de pretexto a un descarado caso de transfuguismo?

Debajo de este cambio de chaqueta se esconde algo mucho más importante. El PSOE andaluz está laminando todo aquello que le pueda impedir lo único que le importa: la conservación del poder. Los sociatas son ultraconservadores. El PSOE pastelea con el PAL y desactiva al PA en los municipios donde gobierna mediante el canto de sirena que convierte a los alcaldes andalucistas en objetivo prioritario para engrosar las filas del Régimen. Un PA con varios diputados en el Parlamento andaluz podría apoyar al PP en un futuro próximo. O servir de refugio para los votantes socialistas que ya no se tragan la propaganda pero que se resisten a votar al PP.
En cuanto a IU, ahí está Rosa Aguilar para demostrar lo que perpetra en la sombra este partido que aspira a perpetuarse en el poder. Una Izquierda Unida que siguiera las tesis de Julio Anguita sería un peligro para el PSOE: podría abstenerse en el hipotético caso de que Arenas ganara, ¡por fin!, unas elecciones por mayoría relativa. La IU que se traga el fichaje de Rosa Aguilar o las mociones de censura contra sus alcaldes llevadas a cabo por los amigos socialistas es un seguro de vida para el Régimen, ya que pactarán lo que haya que pastelear cuando llegue el caso.

Conclusión: Andalucía ha caído en un estado de muerte política cerebral. Un partido mayoritario que se apropia de los territorios limítrofes y que le deja una estrecha franja a esa oposición que se conforma con ejercer su papel. He aquí el panorama. Como dijo el alcalde de Ronda cuando cruzó el tajo que lo separaba del PSOE, otros vendrán y lo mismo harán. Del “Viva Andalucía libre” que gritó Blas Infante ante el pelotón de fusilamiento, a estos andalucistas chaqueteros que viven libres del trabajo diario. Andalucismo práctico y en efectivo: ya no se puede tener la cara más parecida al mármol de Macael…

(Artículo extraído de la web de "Er Llano: Centro Andaluz del Pueblo")

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